Ser mamá,
Muchos hablan del sacrificio que es ser madre, otros, de lo increíble que es, al final es un poco de todo y ya que estamos en esto, lo mejor es pensar en lo bueno, pues al final, la vida pasa en un dos por tres y lo que queda son los recuerdos bonitos.
En el día a día, entre el ajetreo, los llantos, el cambio de pañal o los gritos olvidamos que son niños, que deberíamos disfrutarlos, amapucharlos, cantarles, jugar con ellos y cualquier otra cosa con la que disfruten juntos! es increíble cómo Lucas hace poco solo se levantaba a duras penas cogido de alguna silla y ahora, agarra esa misma silla y se monta en ella para comer con nosotros! Abre la nevera, saca un yogurt y me pide que le pase una cuchara! (eso si, en su idioma porque en el nuestro solo dice mamá, papá y agua)
El día de mañana e irá a la guardería, ya luego se irá de casa y verás con añoranza esas fotos que no debes dejar de tomar.
Pero qué bonito sería que Lucas, ya en la universidad o a donde se haya ido, recordara su infancia con amor, con cariño. Yo no puedo pensar en una cosa negativa sobre mi mamá, no puedo pensar en una infancia mejor, tuve todo el apoyo, el cariño, la libertad para tomar decisiones y tomar responsabilidad de las mismas, un hombro donde llorar y un oído para escucharme, tuve noches abrazada a ella y tardes infinitas de juegos, tuve conversaciones hasta las tres de la mañana y peleas por levantarme temprano, lo tuve todo, y no puedo estar más agradecida… tuve un amor incondicional y un amor que lo ví y lo sentí todos los días de mi vida.
Que irreemplazable es una madre, que importante es, es la que te forma, la que te enseña, la que te acompañará siempre, así ya no esté.
Así que, cuando estemos hartas, cuando ya no podamos más, hay que recordar que para ellos, somos todo, en su pequeña vida, su mamá es lo más grande y si eres buena, probablemente lo serás toda su vida…
Mi vida con Lucas y Martín 